La experiencia en salud del mañana

Sacudidos por la crisis sanitaria del Covid-19, nuestros hábitos han dado lugar a nuevas necesidades en multitud de ámbitos. El sector de la salud, que hasta ahora había estado poco penetrado por la tecnología digital, está experimentando en particular una verdadera transformación. Debido a todos estos cambios, es la experiencia del paciente la que se reinventa.

El paciente 2.0 

Para superar el aislamiento impuesto durante la pandemia, muchos adultos mayores no tuvieron más remedio que adaptarse a las nuevas tecnologías. De hecho, varios estudios realizados por Google/Known o incluso Pro Senecure muestran que más del 80% de las personas de 55 a 75 años ahora están conectadas y tienen varios dispositivos. Entre las diversas razones que los llevan a utilizar este tipo de productos digitales, encontramos en particular que la salud que es esencial en un 73%, por detrás de la gestión de las finanzas (87%) y las interacciones sociales (91%). 

Acostumbrados a buscar información online sobre productos o servicios, los pacientes 2.0 también son capaces ahora de encontrar información por sí mismos en materia de salud. Esta participación activa se manifiesta particularmente en el hecho de que hoy en día casi el 46% de las personas investigan sobre sus síntomas antes de ir a ver al médico, y que más del 54% consultan la información proporcionada por el profesional de la salud después de la cita. 

Nuevas necesidades implican nuevas oportunidades 

Las innovaciones en el sector sanitario, que hasta ahora habían permanecido al margen, se están generalizando cada vez más. 
Este verano por ejemplo, Suiza introdujo el expediente electrónico del paciente (EPF), que centraliza toda la información médica del mismo (informes asistenciales, tratamientos, radiografías y certificados de vacunación) y le permite compartirla con los profesionales sanitarios de su elección. 
 

Esta iniciativa forma parte de una serie de medidas destinadas a mejorar gradualmente la experiencia del paciente. Una visión de conjunto de la información sanitaria del paciente facilitará el diagnóstico de los profesionales de la salud, así como el seguimiento médico, y permitirá que los pacientes se impliquen más en su atención. 

¿Una relación paciente/cuidador alterada? 

Aunque los usuarios de Internet tienen ahora acceso a una enorme cantidad de información en el campo de la medicina, esto no significa que podamos imaginar la sustitución de los cuidadores. Por otra parte, esta nueva postura está haciendo evolucionar la relación entre paciente y profesional de la salud. 

En Estados Unidos y Japón, por ejemplo, cada vez más robots se incorporan a los equipos médicos, pero no con el objetivo de sustituirlos, sino de aliviarlos de las tareas más arduas para que puedan concentrarse plenamente en el aspecto humano. 

 

En este sentido están surgiendo numerosas iniciativas en Suiza, como la de la FOCA con su aplicación Abilis, que pretende reforzar la relación entre los pacientes y su farmacia local. Favorecida por la democratización de la RPE, que permite a los farmacéuticos conocer mejor a sus pacientes, Abilis pretende extender el vínculo entre los pacientes y su farmacia más allá de los muros de la misma.  

Este es también el caso del HUG, que ha diseñado la aplicación Concerto para ayudar a los pacientes a prepararse para la hospitalización, promover la comunicación con su equipo médico y mantener el vínculo después de la operación. 

 

Como podemos ver, la postura del paciente se ha redefinido por completo a raíz de la pandemia, y ahora es la postura de los cuidadores la que debe evolucionar para satisfacer mejor las nuevas necesidades. En una época en la que la información está disponible en todas partes y a todas horas, el reto de los profesionales sanitarios es, ahora más que nunca, reforzar el aspecto humano en la atención a sus pacientes, aunque esto implique en última instancia la utilización herramientas digitales.